sábado, 10 de setembro de 2011

11 de septiembre, día de elecciones generales

El día 11, según el calendario maya corresponde a "AJ", que significa:

Caña, abundancia.

Constante retoño de la existencia y su desarrollo para el alcance de la unidad. Es el triunfo del bien sobre el mal.

Energía del Día:

Protección del hogar, para animales y plantas. Proporciona buen tiempo, da grandes frutos y cosechas. Energía que trael el resurgimiento, el retorno al hogar, señal de la vida. Facilita el restablecimiento de la naturaleza para armonizarse con los demás. La energía de Aj genera proactividad, liderazgo personal y social.

Top Ten de la literatura nacional

LISTADO DE LOS BESTSELLERS CHAPINES.
De venta en las principales librerías:

"Compendio de Derechos de Autor" e "Historia del Plagio en la Literatura Guatemalteca" del distinguido Mariano Rayo.

"Diez Pasos Básicos Para Llevar a la Selección a un Mundial" de Don Manuel Baldizón.

"La Constitución a Su Medida" de Sandra Torres.

"Enciclopedia de la Ignorancia", de Alvaro Arzú.

"Manual de Etiqueta Para Conquistar al Sexo Femenino", de Mario Taracena.

"How to Teach for Dummies", by Joviel Acevedo.

"Técnicas Para la Captación del Agua de Lluvia en Epoca Seca", de Alvaro Arzú.

"El Uso de la Inteligencia Para el Control de la Delincuencia", por Alvaro Colom.

"Como Mejorar su Puntualidad y Productividad", Editorial del Congreso de la República.

El libro "No Soy de Aquí ni Soy de Allá" por Juan Gutiérrez.

"La Humildad y Cortesía en La Política", de Alvaro Arzú.

El nuevo libro de Baldizón: "Manual de Técnicas Para Vender a Su Propia Madre (Y No Entregarla)".

"Los Derechos de las Madres Solteras", Editorial Sola, de Sandra Torres.

"Mano, Cabeza, Corazón y Envergadura", de Otto Pérez.

"La Importancia del Baño Semanal", por Wuacalazo Gonzalez.

"Entendiendo el NO, Desde la N Hasta la O", por Salvador Gándara.

"Manual del Perfecto Idiota Guatemalteco", por el Dr. Rafaél Espada.

"Descubra la Felicidad de Regalar lo Ajeno", de Sandra Torres.

"Como Construir 1,000,000 de Viviendas en Cuatro Años", de Patricia de Arzú.

"1,001 Formas de Decir SI a Su Esposa", por Alvaro Colom.

"Todo lo Que Ud. Debe Saber Para Convertirse en Candidato Presidencial (For Dummies)", de Patricia de Arzú.

Las mujeres en el siglo XX

Advertencia: Cualquier parecido, casi cien años después, es mera coincidencia...
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Un centro-americano amigo mío residente ahora en New York, acaba de comunicarme, en extensa carta, noticias de mucho interés respecto de los fenómenos comprendidos bajo la denominación del hipnotismo.
Trátase de Mr. Goodman y de Katy, dos yanquis, macho y hembra, lectores en el libro cerrado del porvenir, y que han atraído la atención de la gran metrópoli americana, en los últimos días de julio.
Hacen y dicen cosas tan extraordinarias estos profetas del siglo XIX, que los más graves personajes del New York no se han desdeñado de ir a consultar el oráculo, siendo lo curioso, según afirma mi corresponsal, que no ha habido una pregunta que deje de contener esta sagrada palabra: money.
Creyendo que hay en la dicha carta algunas lecciones para mis paísanos, y sobre todo para mis paísanas, me he decidido a publicarla.
Conste que no soy autor, y que por consiguiente no asumo responsabilidad, ni en cuanto a la certeza de los hechos que se narran, ni respecto de la exactitud de ciertas apreciaciones, tal vez no muy conformes con el criterio de la gente ilustrada del país. He aquí los principales párrafos de la epístola, larga como todas la escritas por personas que no tienen que hacer.
"Dichoso privilegio el privilegio del pensamiento humano que puede lanzarse a vagar por los corredores de su casa".
"Acabo de estar en la sesión de hipnotismo dedicada por Mr. Goodman, exclusivamente a la colonia española. ¡Qué linda es la encantadora Katy! Es una rubia digna de ser morena y antigüeña, he pensado yo, parodiando a cierto poeta apasionado por las buenas mozas, como lo son casi todos.
"Y a propósito de poetas: hace poco estuve buscando en esta Babilonia un poeta para que me escribiese unos días en inglés. Pues no lo hubo ni para remedio. Ojalá lograras tú que se viniesen a esta país siquiera seis docenas de los muchos que allá viven gimiendo y llorando.
"Unos cuantos pases dejaron a Katy profundamente dormida. Entonces comenzó el interrogatorio. Hay que advertir que cuando la angelical criatura se halla bajo la influencia del hiptnotismo, habla en español. Se me antoja que este idioma es el propio de los espíritus holgazanes y vagabundos, que gustan de andar errando por las regiones de lo ideal, sin descender a las materialidades de aquí abajo.
"Cuando hubo llegado mi turno, manifesté a Mr. Goodman mi deseo de saber algo de la tierra natal. Mr. Goodman dijo a la preciosa niña:
-Dirige la vista a la América del Centro. ¿Qué ves?
Katy, que hasta entonces había permanecido con toda la seriedad de una profetisa, comenzó a reírse de tan buena gana que pensé si se estaría burlando de mi humilde persona.
-¿Qué es lo que te hace reír, chiquita? preguntó Mr. Goodman.
Eso contestó el oráculo, e hizo con su blanca y pequeña mano una señal, como de quien estando en el Olimpo quisiera designar a los pobres mortales que viven en la tierra.
"No era de mi agrado el giro que iba tomando la sesión. Katy se reía; Katy llamaba eso a aquel nuestro pedacito de continente que tanto queremos tú y yo. Acaso iba a hacer apreciaciones sobre nuestras cosas. Y yo centroamericano, yo que he llamado capitolio a la Casa de Gobierno de Tegucigalpa; yo que en un periódico he presentado la Casa Blanca de San Salvador, con los honores de un monumento; yo que hablo todos los días de las torres de la Catedral de Guatemala; yo que no puedo decir Nicaragua, sino la "Suiza de América", cómo habría de tolerar comparaciones probablemente desfavorables, como hechas por una yanqui, entre New York y Quetzaltenango?
"Hábil estratégico, quise llevar al enemigo a otro terreno; y Mr. Goodman, a la indicación mía, dio esta orden:
-Transporta tu espíritu (observa que los americanos todo lo pueden transportar) al siglo XX, y dirige la mirada sobre la ciudad de Guatemala. ¿Qué ves?
Densa nube de tristeza cubrió entonces la faz de la preciosa americana. Y se puso a leer, ¿qué dirás tú amigo mío? Pues se puso a leer epitafios. No he podido averiguar si ella encontraba la ciudad convertida en cementerio, o si confundiendo la ciudad con el panteón, posaba la vista sobre éste. El hecho es que leía inscripciones sepulcrales. Afortunadamente mi nombre no estaba allí. Talvez mis huesos estén destinados a podrirse en playa extranjera; o es que mi nombre no ha de gastar las vanidades del túmulo.
"Como observase Mr. Goodman que no era de mi agrado lo que decía Katy, le previno dejase en paz a los muertos, y dirigiesa la vista a la mansión de los vivos, a una ciudad cualquiera de Centro América. Katy continuó así:
Veo un grande edificio. Es el palacio del Congreso. Veo un espacioso salón y en su recinto muchas personas de ambos sexos. Son los representantes. Hablan.
La señora Presidenta del Congreso. Va a darse lectura a una moción presentada a la mesa.
Un secretario. Dice así: "Pedimos al congreso se sirva decretar que las mujeres tienen aptitud para ejecer empleos, en los ejércitos de mar y tierra".
La señora Presidenta. Tiene la palabra la señora de Willson para apoyar la proposión.
La señora de Willson. Hace un siglo que venimos luchando por el principio de emancipación de la mujer. El decreto que acabáis de oír es la última etapa de nuestra marcha triunfal. Su utilidad está en la concienca de todos. Nosotras somos capaces para todo, en la paz y en la guerra. Esta misma Cámara, compuesta en su mayor parte de eminencias científicas de mi sexo, lo digo con orgullo, está probando mi aserto. Nuestra digna Presidenta ha merecido acaudillar un partido político, un respetable partido político. Es verdad que tuvo con tal motivo que separarse de su buen esposo; pero ella ha hecho triunfar nuestra bandera: la emancipación de la mujer.
¿Y qué diré de la primera Secretaria de esta Asamblea, que ha escrito más libros de Aristóteles? Es verdad que nuestra Secretaria no ha podido casarse por que los hombres temen su ciencia y su literatura. Pero también nuestra Secretaria ha hecho triunfar la bandera de la emancipación de la mujer.
Yo os pido a nombre de aquellos que en el siglo pasado comenzaron a abrirnos las puertas de todas las ciencias, que aprobéis del decreto que hemos tenido la honra de presentaros. (Aplausos).
Un señor diputado. Pido la palabra para... Aquí iba Katy, que hacía para nosotros el oficio de taquígrafo, cuando Mr. Goodman le dijo:
-Dirige la vista a las casas de esas señoras, que ya ésto me va interesando.
-Veo, contiuó Katy, una casa silenciosa y triste: no hay fuego en el hogar ni flores en las macetas. Es la casa de la Presidenta del Congreso. Veo otra casa, y en ella un lecho y en el lecho una infeliz anciana que se queja y pide agua; pero no hay quien se la de: es la madre de la señorita Secretaria del Congreso. Veo otra casa: la suciedad y el desaliño reinan por todas partes: veo dos chicos que están descalzos y con los vestidos rotos. Veo además un hombre que tiene la apariencia de buen hombre. Veo en sus brazos un niño que está tomando leche en biberón; y oigo al hombre que canta:
-"Ru, ru, niñito, que tengo que hacer..."
-Basta, basta, dijo Mr. Goodman, que ya esta broma se está haciendo pesada. Mejor dirige tus miradas al Congreso, que aquello es más ridículo que ignominioso.
Katy continuó siendo taquígrafo y reprodujo los siguientes discursos:
"-Veo un orador que ocupa la tribuna y dice: el partido del sentido común está en tristísima minoría, y va a ser vencido, por la inmensa mayoría que ocupa esos bancos (y señala a los de la izquierda). Pero yo os digo que os arrepentiréis; antes en el hogar y con vuestra ignorancia erais ángeles. Ahora, fuera del hogar y con vuestra ciencia sois demonios (murmullos entre los bancos de la mayoría). Sí señoras diputadas, vosotras os habréis de arrepentir. Hay una ley de la naturaleza que dice:
"Cada organismo se desarrolla según el medio ambiente en que vive". La mujer crecía antes bajo el tencho del hogar. Ahora va a crecer en la plaza pública. Pues bien: apoderáos de la cátedra, de la tribuna, de la magistratura, de las ciencias con todas sus secretas fealdades: marchar también a la guerra si os place.
Pero cuando vuestras manos, en otro tiempo de deliciosa suavidad, estén ásperas, encallecidas y horriblemente desfiguradas; y cuando vuestros abundantes cabellos, tema favorito de los poetas, hayan caído en fuerza de las tareas de vuestro propio pensamiento, dejando en su lugar una calva venerable, como la de este busto de Sócrates; (señala a uno que está en el salón) y cuando vuestros ojos, en que antes brillaba luz indefinible, estén sanguinolentos y apagados de tanta vigilia sobre el libro; y cuando en vuestro rostro antes tan bello, tengáis barbas, (porque en el transcurso de los tiempos os saldrán barbas, yo os lo fío) cuando tengáis tantas barbas, ásperas y cerdosas, como la dueña Trifaldi de una inmortal novela; entonces... no habrá bello sexo, y este ultraje a la minoría estará vengado! (Agitación en la asamblea, murmullos y hasta silbidos en los bancos de la mayoría).
La ley es votada por noventa y nueve votos contra uno; y se salva otra vez la bandera de la emancipación de la mujer.

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Crónica sacada del libro:
Diéguez Flores, Miguel. Tradiciones: artículos literarios. Estudios de derecho. Guatemala: Sanchez & De Guise, 1923. p. 96-102.