quarta-feira, 10 de abril de 2024

Siglo XIX: Los primeros monumentos a Colón

Primer intento... Colegio de San José de los Infantes

Inauguración del monumento a Cristóbal Colón patio central Colegio de Infantes, 1880.

    El 12 de octubre de 1880, en el primer patio del colegio de San José de los Infantes, situado al costado sur de la Catedral Metropolitana, zona 1, se colocó una estatua de Cristóbal Colón como una iniciativa del señor rector del establecimiento, presbítero Alberto Rubio Piloña y fue la primera en el continente americano.

    El día de la inauguración, estuvieron presentes autoridades de gobierno, alumnos de todos los colegios de la capital y delegados del Clero metropolitano. Fue todo un acontecimiento en el que también se cantó el Himno a Colón, cuya letra la escribió el alumno Santiago Colom y la música, el maestro Indalecio Castro.

    La estatua medía un metro de alto y tenía la mano derecha extendida al horizonte. Según nota del Diario de Centro América de agosto de 1923, se lee que en los cuatro costados del pedestal se leían, entre otras inscripciones sobre metal, en diversos idiomas. Al occidente, frente a la puerta de entrada del edificio, aparecía esta:

“¡Hombre sin igual! ¡Genio excelso! El colegio de Infantes se gloría y apesara al consagraros este monumento hoy, aniversario de vuestra acción inmortal. Se gloría por ser el primero en Centro América que os erige un monumento y conmemora vuestro día glorioso: se apesara porque sus proporciones no le permiten hacerlo cual vos merecéis.

¡Dios creó un mundo! ¡Vos nos mostrasteis la mitad!

 Al lado opuesto aparecía una leyenda en latín, y al Norte una inscripción en kaqchiquel y otra en griego.

    Una réplica de este monumento estaba en la extinta biblioteca del Porvenir de los Obreros.

    Durante los terremotos de 1917-1918, se cayó y sufrió algunos daños, por lo que fue destruida, con la promesa de restaurarlo y colocarlo de nuevo en mejor lugar. Pero, se quedó en eso, en promesa... 


Segundo intento... Monumento a Cristóbal Colón en el Teatro Nacional




    El 12 de octubre de 1894 se cumplían 400 años de la llega de Cristóbal Colón a América y en la Ciudad de Guatemala todos los templos replicaron campanas y el Ayuntamiento mandó soltar bombas. En aquella ocasión, el presidente José María Reina Barrios, acompañado de sus Ministros, cuerpo diplomático y público en general, abandonó el palacio nacional y se dirigió al Parque Centenario y el Alcalde Primero, Rafael Ayau, con pendón en mano y el Concejo Municipal, hicieron lo mismo. A continuación, la comitiva se dirigió al Teatro Nacional, que a partir de aquel año, fue llamado “Teatro Colón”, y, en uno de los jardines colocaron la primera piedra del monumento a Cristóbal Colón con el que la Colonia Italiana residente en el país, obsequiaría a la Ciudad de Guatemala.

    Los trámites legales para el traslado de la estatua de Colon hacia Guatemala desde Italia demoraron mucho. Por eso, la misma se colocó en la Plaza Vieja, hoy Parque Infantil Cristóbal Colón, zona 1, hasta el año de 1894. Con este monumento, finalmente, se perpetuaron las celebraciones del IV Centenario del descubrimiento de América. El monumento fue realizado por escultor Francisco Durini y representa al almirante sobre una esfera, haciendo referencia a la geografía, en la mano izquierda sostiene una bandera y con la derecha parece estar saludando. El monumento contiene un altorrelieve en bronce de una corona que recuerda al Reino de Castilla, y el escudo de Guatemala. He aquí una nota sobre el evento:

Inauguración
Como se había anunciado, ayer a medio día se verificó la inauguración solemne de la estatua a Colón, que la colonia italiana obsequió a la ciudad de Guatemala.
A pesar de la incesante lluvia la concurrencia a aquel acto fue distinguida y numerosa.
Después de haberse descubierto la estatua y de los discursos de los señores Ricco y González Campo (h.) los invitados pasaron al salón del Teatro Colón en donde se les obsequió con dulces champagne, etc. y las medallas de plata mandadas acuñar para el caso.
El adorno de la plazuela, alrededor del monumento, era en extremo sencillo, pero elegante, alternando los colores de los pabellones nacionales de Italia y de Guatemala.
Varios miembros de la Colonia Italiana han estado hoy en nuestra oficina con el objeto de que a su nombre digamos a los invitados que las faltas que haya notado en la atención, de parte de ella, se debió únicamente a la lluvia, motivo por el cual tampoco se pudo llevar a cabo en la noche la función anunciada de fuegos artificiales.
Esta tendrá efecto tan luego como haga buen tiempo. Felicitamos a la Colonia Italiana por la inauguración de aquel monumento, y haciéndonos eco de los sentimientos del vecindario, le damos las gracias por el obsequio (Diario de Centro América, 1894).

Durante un periodo de veintiocho años, aproximadamente, adornó la entrada principal del Teatro Colón, pero, como consecuencia de los daños a la estructura del teatro durante los terremotos de 1917-1918, fue demolido en 1922. En la actualidad, el único recuerdo tangible que quedó de aquellos tiempos, es la estatua que se admira enfrente de la entrada a la Biblioteca Municipal que lleva el mismo nombre.

 

Bibliografía
Diario de Centro América. Inauguración del monumento a Colón. Octubre de 1894.
_____. Primer monumento de Colón en Guatemala. 11 de octubre de 1923, p. 6.


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Fuente: Frieda Liliana Morales Barco. Viaducto de La Exposición o Puente de La Penitenciaría. Guatemala: Caxlanas, 2023.

segunda-feira, 15 de janeiro de 2024

Siglo XIX: Viaducto de La Exposición o Puente de La Penitenciaría.



 

Esta obra constituyó uno de los primeros emprendimientos de gran porte llevados a cabo por la administración del presidente Reyna Barrios (1892-1898) y que contribuía a la expansión de la ciudad capital hacia el sur, así como favorecía el tránsito de mercaderías vía el Ferrocarril del Pacífico que más tarde haría su interconexión con el del Norte con la construcción, en 1908, del Puente de Las Vacas.

            En una nota publicada en “Guatemala en 1897” dice que:

Al trazarse el plano del Cantón de la Exposición, se observó que la línea férrea que lo cruza, presentaba serios peligros para los transeúntes, no tanto en la actualidad, en que el número de  trenes es relativamente corto, como en lo porvenir, en que, con la línea interoceánica, aumentará en razón directa del incremento del país. Se dispuso entonces la formación de un viaducto que permitiera a la Avenida una vía propia sin riesgos de los trenes. La construcción tuvo que obedecer a que la Penitenciaría no debía quedar en alto ni alterar la gradiente del ferrocarril Central. Esta es la razón del ligero descenso que hay que hacer para pasar el viaducto, descenso encajonado por elegantes muros de contención que rematan en verjas que limitan los jardines de ambos lados de las calles (pp.193-194).

        Entonces, la construcción del Viaducto de La Exposición, también conocido como Puente Piedra o de La Penitenciaría se puso en marcha el 14 de abril de 1893 y finalizó trece meses después, el 14 de abril de 1894. Fue el primero de la ciudad y fue diseñado por el ingeniero italiano J. Payelá y llevado a cabo por el Ingeniero inglés Blackwood.

    Los objetivos de la construcción de este viaducto fueron permitir la prolongación de la 7ª avenida Sur, que comienza en la esquina de la 18 calle Oriente, pasaba por la Penitenciaría, lugar que hoy ocupan los edificios del Banco de Guatemala, CHN, Finanzas y Corte Suprema de Justicia, y cruza el plano del Cantón La Exposición por medio de la Avenida 15 de Septiembre, hasta concluir en la entrada de la avenida del “Paseo 30 de Junio”, después conocida como “Avenida de La Reforma” (3.96 km).

      El largo del viaducto es 30.47 m por 10.51 m de ancho, representando una superficie de 320.2,397 m. Su altura es de 20 pies desde el piso de la Avenida, hasta la superficie que ocupan los rieles del Ferrocarril y que en ese lugar está encajonada entre elegantes muros de contención que rematan en verjas, limitando sendos jardines a ambos lados de la calle. El ancho del viaducto en el sentido de la Avenida, es de 28 pies, dando lugar para tres vías férreas en su parte superior.

        El viaducto tiene cuatro arcos, de los cuales, los dos de los extremos servían para el paso de peatones y el Decauville; ambos  miden 16 pies de ancho. Los del centro miden 27 pies y tienen como función permitir  el tráfico de carruajes en aquel entonces y hoy para vehículos. Los arcos de las dos primeras secciones son de tres centros y tienen una altura de 14 ½ pies. Los principales son de siete centros, con una altura de 16 pies.

      Toda la obra está hecha de piedra labrada, coronada por una cornisa y los frontones tienen molduras apropiadas. En las piedras llaves de los arcos se esculpieron monogramas y escudos. La parte superior se halla coronada por sobria y elegante cornisa. Don Joaquín Méndez menciona que en 1897:

Cruzando por debajo del viaducto se llega al corte que se hizo en las laderas del barranco La Exposición, con el objeto de salir con el nivel del piso y rellenar el mismo barranco, en cuyo fondo se construyó un gran túnel de mampostería que recibe las aguas del Rastro, del Cantón y de las lluvias, en los lugares acotados en el plano (1926: 172-173).

      En la actualidad, este puente, junto con el de La Barranquilla y el de la Municipalidad sobre la 6ª avenida Sur, marcan el límite entre el Centro Cívico de la zona 1 y el Cantón de La Exposición, zona 4.

      Más tarde, recibió el nombre de Puente de La Penitenciaría debido a que donde hoy se encuentra el Ministerio de Finanzas y el Banco de Guatemala se encontraba un centro de reclusión, mismo que fue demolido.

     Con el pasar de los años, las inmediaciones de este puente se han ido modificando. En el año de 1940, el Negociado de Deportes, construyó un muro de ladrillo sobre el extremo poniente de la 7ª avenida Sur; durante la década de 1950 cuando se emprendió la construcción de la Ciudad Olímpica y del Centro Cívico, desaparecieron los muros del lado sur; en 1979, se autorizó el cambio de vías decidiéndose que a partir del 1 de octubre de ese año la 6ª y 7ª avenidas de las zonas 1 y 4 serían de una sola vía y no de doble; luego, en la década de 1990 fue colocada una división de concreto (para simular un camellón central) que comienza en la pasarela que del Banco de Guatemala y la Municipalidad para evitar el cruce de peatones; en 2009, el asfalto sobre arco del lado izquierdo en dirección norte sur, fue objeto de un rebajamiento de cincuenta centímetros aproximadamente, para facilitar el paso de la línea del nuevo eje del transmetro.

        A pesar de todos estos cambios, el Viaducto de La Exposición o Puente de La Penitenciaría sigue en pie.


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Fuente: Frieda Liliana Morales Barco. Viaducto de La Exposición o Puente de La Penitenciaría. Guatemala: Caxlanas, 2013.

quinta-feira, 21 de dezembro de 2023

Siglo XIX: Puente La Barranquilla

 



 


    En la última década del siglo XIX, la Ciudad de Guatemala comenzó a dar señales de crecimiento poblacional y de expansión hacia el eje sur. Consecuentemente, las soluciones urbanísticas fueron el trazado de nuevas vías de acceso como, por ejemplo, el alargamiento de la 7ª avenida, la cual fue bautizada como “Boulevard 15 de septiembre”, misma que se prolonga en el Cantón Tívoli conduciéndose, finalmente, hacia Los Arcos y el Boulevard Liberación. Paralela a ésta, hacia el  lado suroriente, se construyó el paso conocido como de “La Barranquilla”, sobre la 10ª avenida.  Ambas vías, tienen como punto de partida dos viaductos sobre los que corrían los Ferrocarriles del Pacífico y del Atlántico.

     En el caso de "La Barranquilla", ésta, a su vez, es la prolongación de la 10ª avenida hacia el suroriente, en la entrada de lo que hoy es el Estado Doroteo Guamuch Flores. Aproximadamente, un kilómetro más adelante se une enseguida al “Boulevard 30 de Junio” o “Avenida de La Reforma”, para continuar frente al Jardín Botánico hasta los terrenos de Santa Clara en la zona 10. Actualmente, esta vía se une a la altura del Obelisco con la Avenida de Las Américas, zonas 13 y 14. De esta forma, esta es una de las prolongaciones más largas de la Ciudad de Guatemala.

    Tanto el puente como la avenida toman el nombre del arroyo “La Barranquilla”  situado hacia el surponiente de la ciudad que se desprendía del Río de Las Vacas, a su vez formado por las aguas de los ríos Negro, Contreras y Santa Rosita,. Su curso llegaba hasta cerca de lo que hoy en día es el mercado de La Terminal en la zona 4. Ahora, este afluente solo queda en los recuerdos de la población.

    Para unir la 10a avenida con La Barranquilla se construyó un viaducto en el año 1894, durante la administración del presidente José María Reyna Barrios (1892-1894). Este, además, permitía, en la superficie, el paso del ferrocarril del Norte.

    Luego, después de los terremotos de 1917 y 1918 se tuvo que rellenar parte de La Barranquilla para prolongar la 10ª Avenida, zona 1 en dirección a la Avenida de La Reforma, zona 10.

    La obra se llevó a cabo en tres fases: la primera consistió en excavar, nivelar y aplanar el terreno; la segunda, consistió en contratar los servicios del señor D. Y. Iddings para la construcción del puente y colocar una estructura de metal, según consta en contrato celebrado el 10 de febrero de 1896. Sin embargo, por incumpliendo del señor Iddings, el Gobierno fue obligado a rescindir el contrato en enero de 1897 y se contrató a la empresa Furrer Hastedt y Cía. para que termine el trabajo.
    La obra en cuestión, se resume a un puente de hierro y mampostería elegante y sólido, al cual se le tuvo que dar especial forma por la configuración del terreno en que se levanta y que desde esa fecha hasta nuestros días podemos observarlo como uno de los innumerables testigos de la historia patria en el corazón de la Ciudad de Guatemala.

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Fuente: Frieda Liliana Morales Barco. Puente de La Barranquilla. Guatemala: Caxlanas, 2010.


domingo, 3 de dezembro de 2023

SIGLO XIX: Monumento a Cristóbal Colón.

 

Derecha, arriba: Día de la inauguración del monumento. Abajo: vista general del monumento con quiosco.


    Tomas Mur y Lapeyrade, poeta, pintor, escultor y arquitecto, nació en Zaragoza, España, el 20 de enero de 1855, esculpió la estatua del insigne navegante genovés Cristóbal Colón entre 1894 y 1896. La misma se hizo acreedora al Gran Premio Único de Bellas Artes (sección de esculturas) de la Exposición Centroamericana e Internacional llevada a cabo en 1897.

    Según fue consignado en el contrato de construcción, esta estatua se colocó inicialmente en la Plaza de Armas del antiguo Parque Central (hoy, Plaza de la Constitución), el 30 de junio de 1896, en el marco de los actos de conmemoración de la Revolución de 1871 y del IV Centenario del Descubrimiento de América, los cuales fueron presididos por la señora Algeria de Reyna Barrios, esposa del Señor Presidente, el Cuerpo Diplomático y Consular, así como personal del Ayuntamiento de Guatemala. Atrás de este monumento, un par de años después se mando erigir un quiosco, justo en el lugar que antes ocupara la Fuente de Carlos III y desde el cual se ofrecían conciertos de banda y orquesta.

    Los terremotos de 1917-18 causaron graves daños a la estructura del monumento, como una fractura en la cabeza del navegante

    En el año de 1944, el monumento fue trasladado hacia el Parque Morazán, situado al final de la Sexta Avenida, en la zona 2, sitio de recreo que también es conocido como Parque Estrada Cabrera y Plaza de Jocotenango.

    Luego, en la década de 1960, las autoridades municipales dispusieron mover el monumento de la Plaza Jocotenango hacia la Avenida de Las Américas, zona 13, donde se encuentra actualmente, ya que allí sería mejor admirado.

Según la descripción hecha por el historiador Miguel Ángel Álvarez, la estatua en mención es: 

Un conjunto de obras en bronce tiene tres figuras atléticas de pie en una semiesfera que representa el mundo conocido antes del descubrimiento de América, que representan  la ciencia, tiene a sus pies las columnas quebradas de Hércules con una cinta que dice non plus ultra, con la mano derecha sostiene laureles mientras que con la izquierda sostiene una palanca símbolo de la fuerza que a su vez sirve de apoyo para  la figura que representa la constancia, ésta sostiene un cántaro que deja caer una gota de agua y se lee la siguiente inscripción: Guta cava lapidem  y por último la figura que representa el valor. Sobre una pequeña barca sumergida en las olas, timoneando y desafiando la tempestad Sobre ellas está el mundo, con el escudo de los reyes católicos y la inscripción “plus ultra, 12 de octubre de 1492”, sobre todo este conjunto está Cristóbal Colón con la mano derecha apoyada en el pecho, mientras con la izquierda señala el mundo que tiene a sus pies, un quetzal simboliza a la República de Guatemala.

    En una de sus anécdotas, Mario Alberto Mencos dice que “La Plaza de Armas era un bello parque romántico de fines del siglo pasado. En el centro, el hermoso monumento a Cristóbal Colón, uno de los más notables del mundo […] Atrás del monumento a Colón estaba el kiosco, desde el que, por la noches, la Banda Marcial deleitaba a los concurrentes a la “retreta”, ejecutando selectos  y escogidos trozos de ópera, oberturas famosas, intermezzos y los bellos y románticos valses de Becucci: “Violetas de Parma”, “Alas doradas”, “Tesoro mío…” o “Rosas del Sur”, “Bombones de Viena”, “Danubio Azul” de Strauss; “La Flor del Café”, de Germán Alcántara […] que embargaban el alma de dulce emoción”.  

    Sobre este monumento, Ramón Salazar, escribió Revista La Ilustración del Pacífico, Guatemala, 1 de abril de 1898. Año II, lo siguiente:

El monumento de Cristóbal Colón que todos admiran en el Parque Central, y que puede competir con los mejores trabajos de su género, no ha producido al artista sino insignificante suma que a penas le ha bastado para cubrir sus gastos. Tuvimos la honra de contratar con él ese trabajo y confesamos ingenuamente que nada nos sedujo más que el desinterés con que el maestro se prestaba a ejecutar la primera y más monumental de las obras con que Guatemala conmemoraba el descubrimiento de América.

El Gobierno de Guatemala del que formaba parte el que esta líneas escribe, había pedido a España y a Italia proyectos de monumentos con tal objeto, que vinieron firmados por maestros muy poco conocidos en el mundo del arte, pero que no satisficieron al Gobierno, pues no salían del molde común de cuyos ejemplares está lleno el Viejo y Nuevo Mundo, cada vez que se ha tratado de reproducir la gran figura del descubridor de América.

El General Reina Barrios, lleno por entonces de los más bellos ideales en pro del engrandecimiento de su país y del embellecimiento de la capital de la República, no se mostró satisfecho de aquellos proyectos. Por entonces llegó a ésta el señor Mur, que ya en otra época había visitado nuestro país, y recibió el encargo de tomar parte en el concurso con el objeto indicado.

Y la obra no se hizo esperar. A los pocos días presentaba el croquis que después realizó con algunas ligeras modificaciones, y que hoy es uno de los más bellos ornamentos de la capital.

Había en ese trabajo concepción genial, evidente originalidad y mucho de audaz como lo requería la figura del grandioso héroe que se trataba de conmemorar por la hazaña portentosa que supo llevar a cabo merced a su genio y a su constancia sin igual.

En efecto, tanto los artistas italianos como españoles fuera de la figura convencional del gran genovés representados con justa razón con el traje de las gentes de ciencia del siglo XVI, llevando en la mano izquierda el estandarte de Castilla, la mirada dirigida al infinito, y la derecha mano señalando lo desconocido de donde debía surgir un mundo adivinado por el genio portentoso del humilde hijo del cardador de lanas, no han podido salvarse de la columna más o menos alta, ornamentada con emblemas y trofeos marítimos, para colocar en su remate la figura heroica del gran Almirante.

Así por lo menos son los monumentos de Génova, Madrid, Barcelona, Nueva York, para no mencionar más que los principales. Mur saliendo de lo que pudiéramos llamar moneda corriente, ideó su obra con una concepción verdaderamente genial. Basta ver el monumento de ello.

 

Cristóbal Colon en el Parque Jocotenango, 1942.


Monumento a Cristóbal Colón en la Avenida de Las Américas, zona 13.

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Fuente: Morales Barco, Frieda Liliana. Monumento a Cristóbal Colón, 1896. Guatemala: Caxlanas, 2009.


terça-feira, 14 de novembro de 2023

SIGLO XIX: Monumento a Fray Bartolomé de las Casas

Jardines de la Iglesia de Santo Domingo, 11 avenida y 10ª calle, zona 1



Durante la administración del presidente José María Reyna Barrios (1892-1898), uno de los eventos culturales más importantes fue la develación del monumento de fray Bartolomé de las Casas (1474-1566), el dominico infatigable que consagró su vida a salvar del peso de las encomiendas y de la esclavitud a los indígenas de América y que fue conocido como el Procurador y protector de todos los indios de las Indias. Esta estatua fue un obsequio de  algunos miembros del casino español residentes en Guatemala  obsequiaron a la República de Guatemala para celebrar los 400 años del descubrimiento de América. La estatua fue un trabajo escultórico realizado por el artista Tomás Mur.

    El evento se llevó a cabo el 15 de marzo de 1896 a las 14:30 horas, frente al edificio  del Instituto Agrícola de Indígenas ubicado en la Finca La Aurora, zona 13. Al mismo se dieron cita el Presidente de la República, presidentes del poder judicial y legislativo, el alcalde, además de muchos invitados especiales, cuerpo diplomático y público en general. Una nota publicada en el Diario de Centro América, refería que:

Hermoso espectáculo ofrecían las calles de esta capital en la mañana de ayer. Grupos numerosos de indios de uno y otro sexo, venidos muchos de ellos de lejanos lugares, recorrían la población vistiendo sus trajes característicos y acompañando con sus instrumentos tradicionales, los santos patronos traídos de sus pueblos (p.1).  

    El licenciado Valero Pujol, en representación del a colonia española profirió un discurso; asimismo, dos estudiantes que hablaron en kaqchiquel y castellano. El discurso de inauguración estuvo a cargo del licenciado Rafael Spínola.

    Este fue un homenaje que rindiera el presidente General José María Reyna Barrios a los indígenas guatemaltecos, por medio de la emisión del Decreto número 471, del 23 de octubre de 1893, a través del cual se abolían los mandamientos.

    Mucho tiempo después, el monumento fue trasladado a la plaza del Barrio de la Parroquia Vieja, zona 6, frente a la iglesia de la Cruz del Milagro, en donde fue colocado sobre un pedestal de mármol. En octubre de 1992, durante la administración del alcalde Óscar Berger Perdomo, se realizó la remodelación del atrio de la iglesia y, luego, el monumento de este fraile fue trasladado a los jardines de la Basílica de Nuestra Señora del Rosario, Iglesia de Santo Domingo, donde se encuentra actualmente.

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Nota de prensa: Colegio de Agricultura

Por el Coronel don Ramón Aceña, Guatemala 1897.

Delante de la fachada, que mira hacia el Poniente, se extiende una plazoleta en cuyo centro se levanta la estatua del célebre Fray Bartolomé de Las Casas, obsequio de la colonia española a la República de Guatemala. Es el ferviente protector de la raza indígena, el hombre que luchó activamente con la palabra y con la pluma para aliviar los dolores y enjugar las lágrimas de los que por la fuerza habían sido despreciados de los que por natural derecho les pertenecía.

    Ningún lugar más adecuado pudo haberse elegido para la colocación del monumento del filántropo Obispo de Chiapas, que el que le fue destinado. Allí aparece su estatua velando por los descendientes de aquella raza a cuyo interés consagró su influencia, sus energías y su talento.

    Magnífico efecto presenta el frente del edificio visto desde donde está la estatua del Obispo de Las Casas. Su armonioso conjunto deja satisfecho al que lo contempla.


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Fuente: Morales Barco, Frieda Liliana. Monumento a Fray Bartolomé de las Casas. Guatemala: Caxlanas, 2009.

quarta-feira, 18 de outubro de 2023

SIGLO XIX. Conjunto escultórico de la Plaza Reyna Barrios

 


La Plaza Reyna Barrios fue delineada, construida y estrenada en 1897 entre lo que hoy en día se conoce como la cuarta y sexta calles y Avenida de La Reforma zonas 9 y 10.  Se hizo en el marco de la inauguración de la Gran Exposición Centroamérica celebrada en la Ciudad de Guatemala.
    De esa forma, se colocó un conjunto de estatuas elaboradas en bronce  y compuesto por obras de reputados artistas franceses, como consta en el libro “Guatemala en 1897”, y que comprendía lo siguiente: 
  • Dos arrogantísimos toros, procedentes como las otras obras, de la primera casa de París, el Val d´Osne.
  • Un ciervo con la firma de Rouillard.
  • Una pantera con la de Herzler.
  • Un león luchando con un lagarto, de Delabrierre.
  • Un grupo de jabalíes luchando.
    Estas esculturas que por su mérito artístico, decían,  pueden figurar en cualquier paseo de primer orden y que todavía, más de cien años después, pueden ser admirados en el mismo sitio.
    Al frente de este conjunto se erigió el edificio principal de la “Exposición de 1897”, mismo que había sido el stand de Guatemala en la Feria Internacional de París en 1889.
    La mayoría de historiadores toman como fecha de colocación de este conjunto escultórico, el año de 1908. En este año hubo otras reformas al lugar, como colocar unas fuentes y la construcción del Asilo Joaquina Estrada y que ubicó donde hoy está el Ministerio de Relaciones Exteriores y el Ministerio de Educación de Guatemala, zona 10.

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Fuente: Morales Barco, Frieda Liliana. Conjunto escultórico de la Plaza Reyna Barrios. Guatemala: Caxlanas, 2009.


quinta-feira, 31 de agosto de 2023

SIGLO XIX: Monumento a Justo Rufino Barrios

 

Día de la inauguración del monumento, 1897.

    El conjunto escultórico en homenaje al Reformador, Justo Rufino Barrios, uno de los grandes personajes que dejó una profunda huella en la historia nacional, fue el primero de gran porte que se colocó en la Ciudad de Guatemala en 1897.

    El proyecto estuvo a cargo del arquitecto Francesco Durini Vasallo (1858-1920) y se colocó en la parte norte del que fuera el Palacio Reforma y Museo Nacional, sitio donde en la actualidad en se encuentra el Obelisco y el monumento a los Próceres de la Independencia, en la zona 10.

    El monumento en sí, según describe J. Villacorta en la “Monografía del Departamento de Guatemala”: “se divide en tres cuerpos:

  • El primero lo compone el basamento principal, formado por una serie de ocho amplias gradas, hechas de piedra artificial y de cuatro pedestales de granito de Baveno, que sostienen otras tantas elegantes columnas ornamentales de hierro fundido y bronceado que lleva arriba otros tantos faroles para luz eléctrica.
  • El pedestal de la estatua ecuestre forma el segundo cuerpo rectangular, construido de granito de Bavena (Italia), por los señores Antonio Cirla e Hijos, de Milán, figurando en las dos fachadas laterales dos bajorrelieves de bronce que representan: uno, la batalla de Tacaná, y el otro, la de Chalchuapa, principio y fin de la vida política del General Barrios, o sea 1871 y 1885. En la fachada principal, y sobre un zócalo, está una soberbia estatua, simbolizando la República de Guatemala sosteniendo el escudo de armas con la mano izquierda y con la otra saludando y victoriano al héroe con el gorro frigio levantado. En la parte posterior de este mismo pedestal está colocado un artístico trofeo de armas modelado con buen gusto.
  • Completan la ornamentación de este segundo cuerpo, y alrededor de la cornisa del mismo pedestal, cuatro grandes y elegantes festones de laurel y encino, sostenidos por igual número de escudos colocados en el centro de cada fachada, en los cuales está escrito: “República de Centro-América”, en el frente; “Unión”, en el posterior; y “Tacaná” y “Chalchuapa” en los dos laterales. En el frente del pedestal y con letras de bronce, está escrita la leyenda que dice: “Al General Justo Rufino Barrios, la Patria”. Tanto los bajorrelieves, como el trofeo, los festones y escudos, son de bronce.
  • El tercero y último cuerpo es la estatua ecuestre en bronce del General Barrios en uniforme de campaña, representando el momento en que aquel guerrero se lanza a efectuar por la fuerza la unión de Centro-América, llevando orgullosamente en la mano derecha la bandera de la Federación y dominando con la izquierda el ímpetu de su brioso caballo”.

    La ejecución artística de la obra arriba descrita, y que forma el monumento, está hecha con la perfección artística en todos sus detalles, principalmente en los bronces de la estatua ecuestre y bajorrelieves, modelados por el distinguido Profesor, Comendador Carlos Nicoli, de Carrara, autor del Garibaldi, en la misma ciudad; el Cervantes, en Madrid, y otros de grandes méritos.

      También la estatua de la República y demás ornamentaciones del monumento, son obras suficientes para dar lustre y fama, que bien merece su modesto autor, el escultor Adriático Froli, ya conocido en Guatemala, por la estatua del General Miguel García Granados y demás del mismo monumento que ejecutó por encargo del señor Durini.

    El fundidor de todos estos bronces fue el señor Lippi de Pistoia (Italia) quien en ese trabajo supo vencer la difícil y atrevida fusión de la estatua ecuestre basada, sólo sobre las dos extremidades posteriores del caballo, que muy poco como él, supieron llevar a cabo.

    Las medidas principales de ese monumento son: las del primer cuerpo, o sean la gradería 13.0 metros de largo y 12.25 de ancho; las del pedestal, de 4.30 metros de longitud por 3.30 de ancho, siendo el mayor alto de la estatua ecuestre, de 3.50 metros. Componen el pedestal cerca de cincuenta toneladas de granito de Baveno y 12 toneladas todos los bronces, de las que cinco corresponden a la estatua ecuestre. Fue el ejecutor de los trabajos técnicos de la obra el arquitecto del casa Durini, Aquiles Branbilli.” (1926: 180-182)

      Los terremotos de 1917-1918, causaron daños graves al edificio del palacio “La Reforma”, que se alzaba al sur del Boulevard 30 de Junio, y que contenía el Museo Nacional. Por esa razón, durante 17 años,  permanecieron almacenadas en una bodega las piezas del conjunto escultórico descrito, hasta que fue rescatado por el Presidente de la República, general Jorge Ubico Castañeda, en 1933. Ubico aprovecho el hecho de que se acercaba el Centenario de nacimiento de Justo Rufino Barrios y para rendirle homenaje, mandó que se reinstala la estatua y ornamentos de bronce en la plazuela Barrios, ubicada en la 9ª avenida y 18 calle de la zona 1, frente a la Estación Central de los Ferrocarriles. Su inauguración fue el 19 de julio de 1935.

    Pero, no tardó mucho en este sitio. Cuarenta años más tarde, en 1973, se trasladó a la Avenida Las Américas donde fue colocada en una nueva plaza. Y, para esta ocasión, estrenó, también, una nueva base diseñada por el Ingeniero Efraín Recinos.

    En enero del año 2008, siguiendo las directrices de remozamiento en el Plan Maestro del Centro Histórico, la unidad de Urbanística de la Municipalidad de Guatemala, ejecutó la construcción de uno de los portales de transferencia del Transmetro en el sitio conocido como Plaza Barrios, al mismo tiempo que remodeló el espacio de la plaza frente a la Estación del Ferrocarril en la 18 calle y 9ª avenida de la zona 1, dándole un estilo de traza iluminista.

    Entre otras mejoras que se realizaron fue trasladar, nuevamente, el monumento a Justo Rufino Barrios de la Avenida de Las Américas a este sitio y se remozó un área del Barrio La Habana entre la 19 Calle entre 7ª y 9ª avenidas de la zona 1, al que se denominó “Paseo de las Letras”. De ese modo, estas intervenciones se integraron al Proyecto del “Corredor Central Aurora-Simeón Cañas” ejecutado por la Municipalidad de Guatemala.

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Fuente: Morales Barco, Frieda Liliana. Monumento a Justo Rufino Barrios. Guatemala: Caxlanas, 2009.