|
Derecha, arriba: Día de la inauguración del monumento. Abajo: vista general del monumento con quiosco. |
Tomas Mur y Lapeyrade, poeta, pintor, escultor y arquitecto, nació en Zaragoza, España, el 20 de enero de 1855, esculpió la estatua
del insigne navegante genovés Cristóbal Colón entre 1894 y 1896. La misma se
hizo acreedora al Gran Premio Único de Bellas Artes (sección de esculturas) de la Exposición
Centroamericana e Internacional llevada a cabo en 1897.
Según
fue consignado en el contrato de construcción, esta estatua se colocó
inicialmente en la Plaza
de Armas del antiguo Parque Central (hoy, Plaza de la Constitución), el 30 de junio
de 1896, en el marco de los actos de conmemoración de la Revolución de 1871 y
del IV Centenario del Descubrimiento de América, los cuales fueron presididos
por la señora Algeria de Reyna Barrios, esposa del Señor Presidente, el Cuerpo
Diplomático y Consular, así como personal del Ayuntamiento de Guatemala. Atrás
de este monumento, un par de años después se mando erigir un quiosco, justo en
el lugar que antes ocupara la Fuente de Carlos III y desde el cual se ofrecían conciertos
de banda y orquesta.
Los
terremotos de 1917-18 causaron graves daños a la estructura del monumento, como
una fractura en la cabeza del navegante
En
el año de 1944, el monumento fue trasladado hacia el Parque Morazán, situado al
final de la Sexta Avenida, en la zona 2, sitio de recreo que también es
conocido como Parque Estrada Cabrera y Plaza de Jocotenango.
Luego,
en la década de 1960, las autoridades municipales dispusieron mover el
monumento de la Plaza Jocotenango hacia la Avenida de Las Américas, zona 13,
donde se encuentra actualmente, ya que allí sería mejor admirado.
Según la descripción hecha por el
historiador Miguel Ángel Álvarez, la estatua en mención es:
Un conjunto de
obras en bronce tiene tres figuras atléticas de pie en una semiesfera que
representa el mundo conocido antes del descubrimiento de América, que
representan la ciencia, tiene a sus pies
las columnas quebradas de Hércules con una cinta que dice non plus ultra, con la mano derecha
sostiene laureles mientras que con la izquierda sostiene una palanca símbolo de
la fuerza que a su vez sirve de apoyo para
la figura que representa la constancia, ésta sostiene un cántaro que
deja caer una gota de agua y se lee la siguiente inscripción: Guta cava
lapidem y por último la figura que
representa el valor. Sobre una pequeña barca sumergida en las olas, timoneando
y desafiando la tempestad Sobre ellas está el mundo, con el escudo de los reyes
católicos y la inscripción “plus ultra, 12 de octubre de 1492”, sobre todo este
conjunto está Cristóbal Colón con la mano derecha apoyada en el pecho, mientras
con la izquierda señala el mundo que tiene a sus pies, un quetzal simboliza a la República de Guatemala.
En una de sus anécdotas, Mario Alberto Mencos dice
que “La Plaza de
Armas era un bello parque romántico de fines del siglo pasado. En el centro, el
hermoso monumento a Cristóbal Colón, uno de los más notables del mundo […]
Atrás del monumento a Colón estaba el kiosco, desde el que, por la noches, la Banda Marcial deleitaba a los
concurrentes a la “retreta”, ejecutando selectos y escogidos trozos de ópera, oberturas
famosas, intermezzos y los bellos y románticos valses de Becucci: “Violetas
de Parma”, “Alas doradas”, “Tesoro mío…” o “Rosas del Sur”, “Bombones
de Viena”, “Danubio Azul” de Strauss; “La Flor del Café”, de Germán Alcántara […] que embargaban el
alma de dulce emoción”.
Sobre este monumento, Ramón Salazar, escribió Revista La Ilustración del
Pacífico, Guatemala, 1 de abril de 1898. Año II, lo siguiente:
El monumento de Cristóbal Colón que todos admiran en el
Parque Central, y que puede competir con los mejores trabajos de su género, no
ha producido al artista sino insignificante suma que a penas le ha bastado para
cubrir sus gastos. Tuvimos la honra de contratar con él ese trabajo y
confesamos ingenuamente que nada nos sedujo más que el desinterés con que el maestro
se prestaba a ejecutar la primera y más monumental de las obras con que
Guatemala conmemoraba el descubrimiento de América.
El Gobierno de Guatemala del que
formaba parte el que esta líneas escribe, había pedido a España y a Italia
proyectos de monumentos con tal objeto, que vinieron firmados por maestros muy
poco conocidos en el mundo del arte, pero que no satisficieron al Gobierno,
pues no salían del molde común de cuyos ejemplares está lleno el Viejo y Nuevo
Mundo, cada vez que se ha tratado de reproducir la gran figura del descubridor
de América.
El General Reina Barrios, lleno
por entonces de los más bellos ideales en pro del engrandecimiento de su país y
del embellecimiento de la capital de la República, no se mostró satisfecho de aquellos
proyectos. Por entonces llegó a ésta el señor Mur, que ya en otra época había
visitado nuestro país, y recibió el encargo de tomar parte en el concurso con
el objeto indicado.
Y la obra no se hizo esperar. A
los pocos días presentaba el croquis que después realizó con algunas ligeras
modificaciones, y que hoy es uno de los más bellos ornamentos de la capital.
Había en ese trabajo concepción
genial, evidente originalidad y mucho de audaz como lo requería la figura del
grandioso héroe que se trataba de conmemorar por la hazaña portentosa que supo
llevar a cabo merced a su genio y a su constancia sin igual.
En efecto, tanto los artistas
italianos como españoles fuera de la figura convencional del gran genovés
representados con justa razón con el traje de las gentes de ciencia del siglo
XVI, llevando en la mano izquierda el estandarte de Castilla, la mirada
dirigida al infinito, y la derecha mano señalando lo desconocido de donde debía
surgir un mundo adivinado por el genio portentoso del humilde hijo del cardador
de lanas, no han podido salvarse de la columna más o menos alta, ornamentada
con emblemas y trofeos marítimos, para colocar en su remate la figura heroica
del gran Almirante.
Así por lo menos son los
monumentos de Génova, Madrid, Barcelona, Nueva York, para no mencionar más que
los principales. Mur saliendo de lo que pudiéramos llamar moneda corriente,
ideó su obra con una concepción verdaderamente genial. Basta ver el monumento
de ello.
Cristóbal Colon en el Parque Jocotenango, 1942.
Monumento a Cristóbal Colón en la Avenida de Las Américas, zona 13.
-----------------------------------
Fuente: Morales Barco, Frieda Liliana. Monumento a Cristóbal Colón, 1896. Guatemala: Caxlanas, 2009.