En la última década del siglo
XIX, la Ciudad de Guatemala comenzó a dar señales de crecimiento poblacional y
de expansión hacia el eje sur. Consecuentemente, las soluciones urbanísticas
fueron el trazado de nuevas vías de acceso como, por ejemplo, el alargamiento de la 7ª avenida, la cual
fue bautizada como “Boulevard 15 de septiembre”, misma que se prolonga en el
Cantón Tívoli conduciéndose, finalmente, hacia Los Arcos y el Boulevard
Liberación. Paralela a ésta, hacia el lado suroriente, se construyó el
paso conocido como de “
En el caso de "
Tanto el puente como la avenida toman el nombre del arroyo “La Barranquilla” situado hacia el surponiente de la ciudad que se desprendía del Río de Las Vacas, a su vez formado por las aguas de los ríos Negro, Contreras y Santa Rosita,. Su curso llegaba hasta cerca de lo que hoy en día es el mercado de La Terminal en la zona 4. Ahora, este afluente solo queda en los recuerdos de la población.
Para unir la 10a avenida con La Barranquilla se construyó un viaducto en el año 1894, durante la administración del presidente José María Reyna Barrios (1892-1894). Este, además, permitía, en la superficie, el paso del ferrocarril del Norte.
Luego, después de los terremotos de 1917 y 1918 se tuvo que rellenar parte de
La obra en cuestión, se resume a un puente de hierro y mampostería elegante y sólido, al cual se le tuvo que dar especial forma por la configuración del terreno en que se levanta y que desde esa fecha hasta nuestros días podemos observarlo como uno de los innumerables testigos de la historia patria en el corazón de la Ciudad de Guatemala.
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